Todos sabemos lo que cuesta aprender un idioma de cero, el numero de horas que normalmente hay que dedicarle y el esfuerzo que conlleva. ¿Cómo evitarlo? Todos los especialistas coinciden en que la enseñanza del segundo idioma debe de iniciarse a una edad muy temprana. Una segunda lengua abre muchos horizontes a los niños. Durante los primeros años de vida, el cerebro de los niños es como una esponja, sobre todo, durante los cuatro primeros años. A partir de los doce, la capacidad de aprendizaje disminuye, y por ello se hace más complicado para ellos el asimilar el vocabulario.
El bilingüismo no sólo mejora la atención, sino que sirve de entrenamiento mental y ayuda a ejercitar la memoria de los pequeños.
¿Cómo enseñar una segunda lengua a los niños?
El inicio del aprendizaje tiene lugar a través del juego, lascancionesy actividades repetidas que se llevan a cabo en un idioma extranjero. Todo ello hace que, poco a poco, el niño vaya apropiándose progresivamente de las referencias establecidas para crear un significado, aislar las palabras, memorizarlas y memorizar las estructuras.
Cada vez mejor, los niños aplican la capacidad de comprensión oral y de producción oral para, más adelante, llegar a la comprensión y la producción escrita. Es esencial que el aprendizaje sea lúdico, divertido, interactivo y sobre todo, que les permita disfrutar. Disfrutar de las palabras, de los sonidos y también del hecho de jugar, en cierto modo, a ser otras personas que hablan un idioma distinto.
A partir de los seis o siete años, los niños son capaces de adentrarse en la escritura de una lengua extranjera. Es entonces cuando se les enseña a escribir las palabras que ya conocen, las que ya han memorizado anteriormente, y así establecen una relación entre la parte oral y la parte escrita.
Como la lengua materna
El proceso a la hora de empezar a dominar un segundo idioma debe de ser el mismo que se da en el aprendizaje de la lengua materna. Hay que seguir cuatro fases: lo primero de todo, escuchar, en segundo lugar, comprender, a continuación hablar y por último, leer y escribir. En conclusión: hay que reproducir el modelo de la primera lengua, pero con otro idioma.
Todos los expertos coinciden en que enseñar únicamente vocabulario es un error. Los niños tienen que aprender todas las partes de un idioma desde muy pequeños para finalmente dominarlo sin que les suponga un gran esfuerzo y complicación.
A pesar de que hay muchas personas que piensan que enseñar una segunda lengua a los niños desde pequeños puede crearles confusión, está comprobado que cuanto antes empiecen, mejor aprenderán y menos les costará.